Preséntate aquí

Apretó los dientes.
- A cualquier cosa.

Lo había puesto a prueba con aquella pregunta y... el vampiro la había pasado. ¡Y tanto que lo había hecho! Pero no se podía esperar menos de un asesino.
-Puedes retirarte, Alexander. Te llamaré cuando necesite a alguien sin escrupulos -se recuesta contra su trono-. Ah, una cosa, se va a celebrar un torneo... reta a alguien y demuestra lo que vale un asesino.

Asintió levantándose.
- No dude de que lo haré Sire.
Haciendo una leve reverencia como despedida salió de la sala.

Golpeteo el reposabrazos con los dedos.
Tenía curiosidad por ver quién seria el próximo en presentarse.

Entró en el lugar mirando todo con los ojos bien abiertos. Se acercó al trono e hizo lo que habia hecho la mayoría.
-Le presento mis respetos, Sire. Mi nombre es Nyame, no tengo demasiado que ofrecer escepto mi lealtad. Haré todo lo que esté en mi mano y más por servirle. Mande y cumpliré.

No dijo nada más puesto que no sabía que decir, había despertado dias antes por allí cerca y no recordaba nada.

Mira con gesto aburrido a la fragil humana y sacude la mano.
-Me conformo con que sobrevivas y no crees problemas.
¿Lealtad en una humana?
La risa reverberó en la estancia.
-Retírate de mi presencia.

Entra con paso firme, totalmente en contra de estar ahí, pero consciente de que debe estar... Como muchos otros de su clan.
Se aproxima a la figura encapuchada, conteniendo la mueca de desagrado que amenaza con estamparse en su rostro, y se arrodilla.
- Soy Debra, Sire, del Clan de los Caídos - se levanta con agilidad.

-¿Otro Caído? -su voz retumba en la estancia, resopla con cansancio-. ¿Qué puede mostrarme tú?

- Sentido común, Sire - no puede evitar responder -. Algo de lo que creo, están muy necesitados en esa mansión.

-Sentido común... -murmura cond esprecio-. ¿Vienes de listilla, Caída?

- No - baja la mirada al suelo -. Me limito a decir la verdad.
Vuelve a alzarla para mirar entre las sombras, esperando no acobardarse.

Aspira profundamente, oliendo a la hembra.
-Cierto -murmura-. A ver si además de decir la verdad, la llevas a cabo -dice, modulando la voz-. Puedes retirarte y... repartir sentido común entre los inquilinos-añade con sorna.

Aguanta el suspiro de alivio y le saluda con una inclinación de cabeza.
- Así lo haré, Sire.
Se aleja de la figura sin darle la espalda en ningún momento.

La ve alejarse.
Esa hembra iba a dar mucho que hablar.

Entró con paso decidido a la sala tratando por una vez no parecer frágil y delicada sabia que si me mostraba de esa manera no duraría ni un día con vida en aquel lugar.

- Le presento mis respeto sire - realizando una reverencia - Mi nombre es Lyss, estoy a sus ordenes, como humana no tengo nada que ofrecerle solo lo que ve.

Resopla al verla. Es hermosa. Demasiado para ser una simple humana.
- ¿Para qué vienes, humana? - pregunta con la voz grave -. ¿Tienes intención de permanecer humana mucho tiempo? ¿Quién te ha hablado de este lugar?

baje aun mas la mirada, aquella voz me inquietaba

No tengo respuesta para ninguna de sus preguntas, podría mentir si lo desea y contestar.

Tenia miedo de reconocer que no recordaba como llegue a este lugar

(en el fondo de la sala se oye el chirriar de la puerta)
-con la cabeza baja- Disculpen mi intromisión... he oído que esta mansión es lugar de acogida de muchos como yo....
-con respeto a los seres de delante suyo, se acerca y se para quieto a una distancia prudencial, inclinando la cabeza- Soy Celdraug, sire, del clan de los caídos, y estoy aquí para(…) serviros.

-Vaya, vaya, vaya... otro caído -lo mira de arriba a bajo- ¿Qué tienes tú para ofrecerme?

-Sire, puedo aportar la sabiduria de siglos i siglos de vida...

-¿Sabiduria? -pregunta con sorna-. ¿Qué vas a enseñar a estos vampiros descerebrados y viscerales?

- el honor de nuestra estirpe sire-pausa de unos segundos- pues presiento que no conocen los placeres de la sangre ...

-Únicamente conocen los placeres del sexo -murmura con asco-. Me ha agradado tu respuesta, Caído, y dejo en tus manos el deber de darles a conocer los placeres de la sangre.
Se vuelve hacia la humana que había quedado en un segundo plano. La mira con fastidio, como si fuese una molestia.
-Humana, puedes retirarte.

sea así sire, con su permiso me retiro...(da unos pasos hacia atras esperando la complacencia del sire)

-Oh, sí sí -mueve la mano-. Puedes retirarte.