La primera regla que deberá respetar todo vampiro y humano que entre en La Cripta será la de presentarse ante La Pluma, especificando si su condición es la de vampiro o humano.
Obedecerás a mis escoltas en todo lo que te digan. Si alguna de sus órdenes no son correctas, yo mismo me encargaré de rectificarlas.
Las habitaciones de los príncipes permanecerán cerradas para ti. Sólo podrás entrar en ellas si vas acompañada/o del Príncipe en cuestión. Por supuesto, siempre podrás llamar a la puerta y ver si te abren.
Las peleas están a la orden del día. No hay reglas. Lo único que no está permitido es matar al contrario. Y todos tenemos que ser consecuentes con las habilidades y fuerzas que tenemos. Evidentemente, un humano nunca será más fuerte que un vampiro.
Se debe ser coherente y consecuente con el Clan que se ha escogido.
Los humanos tienen restringido el acceso a la Salón de los Relojes y al Rosetón Norte. A éste último, acudirán únicamente cuándo yo les mande llamar. Al primero... si entran, se quedarán allí como alimento de los inmortales.
Los poderes de los vampiros se limitan dentro de la mansion. Sólo se tendrá pleno control de los poderes en El Cementerio y en el Laberinto Oscuro, aún asi no os confieis, los Principes siguen siendo más fuertes.
Bajo ningún concepto cualquier vampiro transformará a un humano sin la previa autorización de su Príncipe o la mía propia. Si se llegara a romper esta norma, ambos vampiros serán castigados severamente.
Los príncipes tienen derecho a castigar a los miembros de su clan, no a los de otros.
Dom Mar 08, 2009 8:31 pm